Reggio Emilia, Pedagogía de la luz
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lectoescritura en la mesa de luz

La lectoescritura en la mesa de luz

Acompañar a los niños y niñas en el proceso de aprender a escribir y leer no es fácil. No hay un carril para producir adelantamientos y llegar antes. El único secreto es confiar en que el niño es el mejor conductor. Si le dejamos llevar el volante y somos sus copilotos, la carretera del aprendizaje no será un callejón sin salida. La lectoescritura en la mesa de luz es como una carretera recién asfaltada.

Con esta metáfora te quiero transportar una vez más a la esencia. Mirar al niño con ojos de Reggio Emilia significa ser capaces de sentirnos a su lado, sin ser la furgoneta que les reparte el conocimiento. De verdad que cuando tienen espacio, tiempo, ambiente y un adulto servidor de sus intereses aprenden a leer por ellos mismos. Seguramente mucho más tarde que con el método tradicional de forzar con tres años a escribir su nombre con papel y lápiz. Repetiré las veces que haga falta que a esa edad no están preparados para ello. Coinciden todas las pedagogías activas, en respetar el ritmo natural frente al currículum impuesto e inmovilista que han dictaminado desde hace décadas los adultos.

Haré un inciso del método Montessori con su pedagogía científica. En el libro El niño, el secreto de la infancia la Dra. Montessori nos relata cómo sucedió en Casa de niños el fenómeno de la escritura. En esta pedagogía activa se aprende el alfabeto desde los sonidos a nivel fonético, después se trabaja en aprender sensorialmente el trazado del signo y finalmente se escribe. Mucho después se lee.

En efecto, ¿qué es la escritua alfabética, sino la correspondencia entre un signo y un sonido? El lenguaje escrito no es más que la traducción literal del lenguaje hablado

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Es cierto que nadie se plantea que a un bebé hay que enseñarle a hablar con seis meses. Aceptamos que lo hará de forma autónoma y gradualmente porque es su lengua materna. Lo mismo pasa con el proceso de lectoescritura, aunque socialmente se transmite que se tiene que enseñar en la escuela con una cartilla. Pero debido (o gracias) a la pandemia, muchas familias han optado en EI por no escolarizar a sus hijos y han visto como han aprendido teniendo letras en su ambiente. Algo así es lo que relata Maria Montessori, un aprendizaje espontáneo:

Una vez establecido un alfabeto, el lenguaje escrito debe derivarse lógicamente del mismo, como una consecuencia natural. Para ello es preciso que la mano sepa trazar los signos correspondientes. Pero los signos alfabéticos no son más que símbolos. Un día un niño comenzó a escribir. Tuvo una sorpresa tan grande que se puso a gritar con todas sus fuerzas: <<¡He escrito; he escrito!>>. Los demás fueron a buscar medios para escribir y así comenzó a desarrollarse el lenguaje escrito como una explosión.

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Incluyo todas estas reflexiones montessorianas porque para el estudio del desarrollo humano y los periodos sensibles de aprendizaje es la metodología que sigo. Luego empleo las herramientas y materiales de Reggio Emilia para potenciar esas oportunidades de aprender. Para ello en el método Montessori las guías presentan de forma secuenciada las letras de lija, la bandeja de trazado y el alfabeto móvil, cuyas versiones de luz verás en la parte de actividades de este post.

El último eslabón es la lectura. Justo lo contrario que sucede en la escuela tradicional, en la que se comienza a leer las sílabas, el sonido de juntar consonante con vocal: la “eme” con la “a” es “ma”, la “eme” con la “e” es “me”. Repítelo. Una forma monótona y desconectada de la realidad del niño. Es muy importante que el niño o la niña tengan los conocimientos asentados de una propuesta antes de pasar a la siguiente. Lo sabremos con la observación y porque ellos nos lo harán saber.

Fue cerca de seis meses más tarde cuando comenzaron a comprender lo que era la lectura, asociándola a la escritura. Nos percatábamos que ellos lo habían comprendido, cuando una ligera sonrisa venía a iluminar su rostro contraído por el esfuerzo. Los niños comenzaron a leer todos los impresos que encontraban en la escuela. Algunos padres nos contaron que los niños se paraban por la calle a leer los letreros de los establecimientos y que ya no era posible ir de paseo con ellos. Éste era el estímulo de la nueva pasión que nacía de los niños.

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El proceso vivido en la primera Casa de niños de San Lorenzo no es un hecho aislado. Se ha repetido en todos los centros Montessori a lo largo del mundo en los más de cien años de esta trayectoria. Esas ganas, esta necesidad de descifrar los códigos reales, sus preguntas sobre lo que pone ahí, son las pistas a las que debemos estar atentos para iniciar el acompañamiento de la lectoescritura también en la mesa de luz.

En las aulas Reggio

El fenómeno espontáneo de la lectura también se acompaña en los proyectos de los centros Reggio Emilia desde la propia decisión del niño. Como Loris Malaguzzi siempre propugnaba no robemos la oportunidad a los niños de aprender aquello que pueden aprender por sí mismos. Uno de los proyectos documentados de la escuela XXV de Abril de Reggio Emilia se titula Lo que cuesta confeccionar un cartel para invitar a hacer una marcha por la ciudad.

Desde una necesidad real, dar a conocer una manifestación los niños de 5 y 6 años tuvieron que enfrentarse a retos complejos para hacer efectiva la comunicación. El punto de partida fue la pregunta de los educadores ¿qué podemos hacer? Entre todos decidieron crear un cartel y lo que poner en él tras debates intensos con las soluciones, que leemos en la propia voz de los niños (reconocidos con sus iniciales) de lo que cada uno dijo en el libro La inteligencia se construye usándola. Finalmente llegaron a la parte de elaboración de escribir.

Los alumnos de este pequeño grupo fueron capaces de escribir autónomamente o mediante copia, pero, para nosotros los adultos, el aspecto más interesante de esta breve experiencia fue la intencionalidad con la que se entregaron los niños a un uso del lenguaje.

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Con ambos ejemplos he querido demostrar la fuerza de la experiencia directa y vinculada a la vida real como mejor forma de aprender. Olvídate si has venido a este post a ver cómo consigues que el niño aprenda. Quédate para tú aprender: en la parte práctica con nuevas provocaciones con las que enriquecer las oportunidades de trabajo. Tus niños y niñas, alumnas y alumnos, deciden.

Todos los imprimibles de las siguientes propuestas son parte de los cientos de archivos descargables de mis cursos online de Pedagogía de la luz y enfoque Reggio Emilia. Al final del post tienes una sorpresa con mucha luz

Ideas para trabajar la lectoescritura en la mesa de luz

Grafomotricidad con piezas sueltas

El primer paso previo a todo el proceso de escribir es perfeccionar la pinza, el agarre que al final se hará con el lápiz, hay que practicarlo con infinidad de propuestas. Aquí tienes un ejemplo en el que se ha añadido los espejos, otro material característicos de las aulas Reggio como una nueva vía multidimensional.

El nombre propio

lectoescritura en la mesa de luz

Si somos conscientes de que tienen que tener conexión con la realidad los aprendizajes, empezar por el nombre propio es lo más lógico. Para un niño ese código de signos lo representa y lo ve a menudo en su ambiente diario. Pero no cometamos el error de que lo escriba ya. Vamos a jugar a construirnos, vamos a jugar ser nosotros mismos, sin anticipar procesos.

Elección del alfabeto

letras mesa de luz

Este paso va a marcar mucho el desarrollo de la lectoescritura. Sé que es difícil si por ejemplo en la escuela por currículum se ha empezado por mayúsculas pero has leído que en Montessori se recomienda minúscula ligada por ser el trazo natural de los peques. Por eso tiene que ser el niño y sus circunstancias lo que nos lleven a trabajar un formato u otro.

En mi caso con mi hijo, siempre hemos seguido la filosofía Montessori con las letras de lija. Antes de los 3 años por sí mismo se interesó en saber todas las letras de lija minúsculas y mayúsculas, a nivel fonético y su nombre. El alfabeto móvil de madera es el tradicional en código bicolor y minúsculas. Por eso en la mesa de luz tenemos este que ves en la imagen de Lovely Mint.

Sin embargo, por mi trabajo de formadora de pedagogías activas, con formaciones oficiales para CTIF y CEFIRE para diversas Comunidades Autónomas, además de mi escuela online para educadores y familias, dispongo de una gran variedad.

Una vez comprado, el alfabeto debe estar accesible para el niño y dejar que lo manipule libremente. Contestaremos sus preguntas si lo tiene. En Montessori se presenta con la lección de los tiempos y letras de tres en tres.

Trazado de letras

carreteras de letras mesa de luz

Es hora de explorar el trazo que tiene la futura escritura de las letras. Busca el juego, algo que le motive. A mi peque le gustan los coches, pues abecedario de carreteras. Tú conoces a los niños con los que convives en casa o en el aula y podrás encontrar/crear un alfabeto acorde para imprimirlo en acetato. Un libre road trip de exploración lúdica.

Bandeja sensorial con letras

bandeja sensorial mesa de luz

Aquí el abanico es inmenso. Existen muchas variantes para esta actividad: con nieve, con arroz arco iris neón, con pasta, con sémola, sal, con maicena y agua, con espuma de afeitar, dentro de bloques de hielo… El caso es tener ocultas letras y tener que rescatarlas. No tengas miedo a probar combinaciones y colorantes alimenticios para masas multicolor. Aquí es azúcar que como estamos dejando de tomarla en casa por los libros del Bundle ebooks pues la uso en propuestas sensoriales.

Descubriendo el alfabeto

El efecto sorpresa siempre es una buena forma de que ese asombro cree experiencias significativas y propicie la retención de la información. Aprovecha su curiosidad para que descubran letras sueltas o un mensaje secreto. Solo debes colocar una transparencia con las letras escritas con permanente debajo de la bandeja sensorial.

Emparejamiento

Con todos los juegos previos de reconocer ahora podemos probar con una nueva fase, la de emparejar. Aquí entramos en un terreno de actividades más dirigidas en el planteamiento inicial, porque siempre debemos dar libertad total en su desarrollo. En Reggio Emilia no hay expectativas previas, solo observación para realmente proponer lo que los alumnos necesitan en ese momento. Si no interesa no es problema del niño “que no quiere aprender” sino del adulto que no ha sabido proponer.

Por eso yo siempre recomiendo que las actividades estén en el ambiente de Atelier de luz, en estanterías accesibles, con los materiales organizados por áreas, visibles. Si así lo desean ellos mismos lo llevarán sobre la mesa de luz.

Bandeja de trazado

El siguiente proceso natural es reproducir el trazo de las letras. En Montessori se usa la bandeja de trazado de madera junto a las letras de lija. En la mesa de luz el contraste luz sombra amplifica esos trazos. Podemos usar muy diferentes elementos para el relleno e incluso colocar debajo de la bandeja la funda arco iris que te enseño a preparar en mi libro “La mesa de luz”.

Podemos adjuntar láminas de control del alfabeto que usemos e incluso poner la letra traslúcida a trazar en sustitución de la de lija. En nuestro caso todo es de inspiración Montessori para ir acorde casa-escuela (aunque también era así cuando en P3 iba a centro tradicional).

Conciencia fonológica

Otro aspecto que hay que abordar antes de escribir o leer es reconocer los sonidos iniciales de las palabras. Aprovechando la típica clásica fase del Veo Veo puedes proponer actividades en las que trabajar la primera letra de esas palabras. Con las piezas sueltas traaslúcidas incluimos la motricidad y el hacer de la mano indispensable para fijar esos conocimientos.

Palabras que empiezan por…

lectoescritura en mesa de luz

Otra propuesta más con el añadido de que tienen que imaginarse la palabra de cada imagen. Yo siempre recomiendo que fueran imágenes reales en vez de dibujos si es posible. Y por supuesto incluir piezas manipulables como estas figuras geométricas, las letras en sí, o lo más simple, trocitos de celofán, para colocar encima de lo que se corresponde.

Escribiendo

letras mesa de luz

Si la niña o el niño desea interés empezará a escribir imitando, cogerá las letras que tengamos y las ordenará. Primero copiará modelos de tarjetas (en Montessori son tres partes para tener una con control de error). Después por su propia capacidad de reproducir el lenguaje que habla. En Reggio han estudiado esa correspondencia entre los signos y la expresión oral y señalan que los niños suelen decir en voz alta lo que escriben, en sentido de codificar las palabras.

Aún en este momento debemos acompañarlo de elementos reales y naturales porque para ellos es lo significativo. Por eso se hace con el alfabeto móvil antes que sobre papel. Escribir sobre cosas cotidianas, concretas, tiene más sentido que reproducir simplemente imágenes planas de un libro. La base de los centros Reggio es preguntar y preguntar como arranque de cualquier proyecto Luego recogen sistemáticamente los datos de esas respuestas, los analizan, clasifican, interpretan, ponen en conocimiento del resto del claustro y así estudian el aprendizaje infantil para aprender a aprender, que no a enseñar. El ejemplo más contundente para mí es sobre el proyecto de Salto de longitud, que también puedes leer en La inteligencia se construye usándola.

Escribir tras todo lo anterior

Muchos kilómetros después el niño ya lleva el rodaje necesario para coger el lápiz, o en este caso, el rotulador de tiza líquida. Ahora ya sí tiene practicadas todas las habilidades cognitivas y motrices para la escritura a mano. No obstante las propuestas deben seguir siendo un juego, atractivas y significativas para sus temas de interés. Pon tarjetas en acetato de lo que le motive y de lo que le guste aprender. Ya comprende el código y es capaz de hacer un mensaje. Posteriormente la lectura externa -de lo que él no compone- también vendrá.

Otros materiales de lenguaje

Ahora ya sí ha llegado a destino por sus propios medios. Espero que disfrutes del viaje, es lo que realmente importa, estar presente en todas las paradas.

Te recuerdo que si deseas profundizar más en esta área o en otras, tienes disponibles mis cursos online sobre Montessori y Reggio Emilia.

Ojalá muchos peques descubran la belleza de escribir y de leer, que se sientan seducidos por todas las posibilidades de la expresión propia ajena. Es la base de la producción cultural, lo que enriquece nuestra esencia. Respetemos la propia de la infancia, aprender amando lo que aprenden.

Estoy desenado ver tus propuestas por redes sociales, Instagram y Facebook. Usa el hashtag #letrasyluz y etiquétame para que no me lo pierda. Dejar la luz de una aprendizaje activo es la mejor recompensa a todo mi trabajo.

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