Venimos a este mundo oliendo para poder sobrevivir. El sistema olfativo, o sentido del olfato, es la parte del sistema sensorial que se utiliza para oler. El olfato es el único sentido plenamente maduro y permite al bebé reconocer a su madre y buscar su pecho para alimentarse a ciegas.
El sentido del olfato, como la vista, es uno de los sentidos de la memoria y el que más fácilmente evoca el pasado. Por eso, la aromaterapia en los espacios multisensoriales es un elemento imprescindible. La reminiscencia de momentos, lugares, emociones y personas. Aquellos con una función olfativa completa pueden pensar en olores que evocan recuerdos particulares: el aroma de la crema de la abuela traerá recuerdos de tu infancia, por ejemplo.
La edad es la razón más importante de la disminución del olfato en adultos sanos. Por el contrario, en la infancia este sentido está en su máximo desarrollo. Los cambios relacionados con la edad en la función del olfato a menudo pasan desapercibidos y la capacidad del olfato rara vez se prueba clínicamente a diferencia de la audición y la visión. Los neurólogos han observado que la disfunción olfativa es una característica cardinal de varias enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
Además, hay una relación estrecha con el sentido gustativo. Sin su sentido del olfato, su gusto puede verse alterado y la comida tendrá un sabor diferente o no tendrá ningún sabor. El sentido del olfato ayuda a disfrutar de la vida. Cualquier pérdida en el sentido del olfato puede tener un efecto negativo en la calidad de vida.
El olfato en la Sala
La intervención con el sentido del olfato deberá ajustarse y entrelazarse con las propuestas con los otros sentidos. Hay muchas opciones de trabajo. Desde paneles interactivos de olor, difusor de esencias, inciensos de elaboración natural, masas aromáticas, sacos de semillas y frascos DIY. La elección dependerá de las posibilidades de equipamiento y de los usuarios que tengas en la Sala.
La aromaterapia es para trabajar con aromas/aceites esenciales o esencias sobre una base terapéutica: trabajar de acuerdo con un plan de tratamiento particular, sistemático, con un propósito particular en apoyo de la metodología. Es un método de tratamiento holístico.
Se puede trabajar con todo tipo de personas, adultas, niños, demencias… En aromaterapia hay actualmente 300 aromas/aceites esenciales disponibles. Lo recomendable es que sean naturales, puros sin químicos ni perfume y no alternativas sintéticas a base de agua.. Se pueden usar en el difusor, en baños sensoriales o en masaje propioceptivo.
Para masajes, siempre hay que diluir los aceites aromáticos: use de 3 a 5 gotas de aceite aromático en 10 ml de aceite vegetal o de almendras dulces. El masaje puede ayudar a generar un vínculo entre el profesional y el usuario y una tolerancia táctil.
Aceites esenciales
Los aceites esenciales son sustancias altamente concentradas. Dependiendo de la planta son increíblemente baratos o muy caros. En comparación, para hojas de eucalipto tienes 50 kg para 1 litro de aceite esencial; en cambio se necesitan 5000 kg de pétalos de rosa para 1 litro de aceite esencial. Efectos:
- Relajante: cedro, geranio, manzanilla, cilantro, sándalo, lavanda, mejorana, salvia, naranja, hinojo
- Armonizando: milenrama, geranio, jazmín, nardo, lavanda, melisa, rosa, sándalo, naranja, incienso
- Emocionante y revitalizante: albahaca, bergamota, limón, eucalipto, citronela, ciprés, jazmín, limoncillo, pimienta, menta, romero, salvia, esclarea, naranja, tomillo, árbol de té
- Concentración: albahaca, limón, ciprés, eucalipto hierbabuena, romero
- Analgésico: bergamota, geranio, manzanilla, lavanda, mejorana, menta , romero
- Insomnio/estrés: albahaca, bergamota, rosa, jazmín, manzanilla, sándalo, incienso
- Náusea: albahaca, melisa, jengibre, rosa, lavanda, pimienta, menta, sándalo.
Estos aceites esenciales también se pueden mezclar con otros aceites esenciales. La aromaterapia se puede usar de manera efectiva como una alternativa a la medicación. Por ejemplo, los aceites esenciales como la lavanda y se pueden usar para ayudar a estimular el sueño: vías seguras para explorar antes de recurrir a los sedantes. Incluso se pueden usar como alternativa a los suavizantes químicos para la secadora.
Difusor de esencias
Una opción muy práctica y asequible es contar con un difusor de aromas: llena el aire con fragancias para estimular la conciencia sensorial. Es un material fácil de usar incluso por niños, permite la disipación eficiente de los aceites esenciales a través del método natural de difusión.
El difusor de esencias es de Hermex, especialistas en Salas Multisensoriales, y lo puedes encontrar en este enlace.
El sentido olfativo está conectado con el estado de ánimo, las emociones y los sentimientos. Los aromas pueden transportarnos a nuestra infancia y estimular recuerdos de seres queridos y momentos felices.
A pesar de tener la ruta más rápida y directa al cerebro de todos los sentidos, nuestro sentido del olfato a menudo se pasa por alto, ya que muchos de nosotros usamos nuestro sentido de la vista como nuestro sentido principal. Para que los entornos multisensoriales sean verdaderamente multisensoriales, el aroma debe considerarse junto con los demás sentidos, incluidos los sentidos vestibular y propioceptivo, los otros dos grandes olvidados y que son primordiales.
No hay memoria tan precisa, tan vívida y evocadora como la que se recupera a través del olfato, y va tan unida a las sensaciones que se experimentaron junto al olor.
“Legado en los huesos” (2013), Dolores Redondo